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¿Existe una relación causal entre la postura y el dolor de espalda?

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¡Hola a todos! Sin duda, este es un tema que casi siempre, por no decir siempre, sale a la luz en consulta. Seguro más de uno al leer la pregunta contestó afirmativamente. De hecho, ¿cuántos de vosotros no habéis escuchado/dicho “siéntate bien que te va a doler la espalda”?

El objetivo de este blog es arrojar luz sobre este tema y aunque no lleguemos a la verdad absoluta, haceros pensar para así tomar decisiones más favorables para nuestra salud. 

¿Existe la mala postura? ¿Hay posturas mejores que otras? ¿En qué postura se debe dormir? ¿Cómo nos debemos sentar?

En fisioterapia existen actualmente dos corrientes contrapuestas acerca de este tema en concreto:

Por un lado, están los defensores de que la postura o, mejor dicho, la “mala postura” puede incrementar el riesgo de sufrir dolor de espalda. De hecho, existen métodos de fisioterapia que sólo se basan en la corrección postural de determinados patrones aparentemente anómalos. 

Por otro lado, una corriente más reciente que defiende que la postura no se relaciona en absoluto con el dolor. Por tanto, defienden que puedes dormir y sentarte como te apetezca porque eso no aumentará el riesgo de sufrir dolor de espalda. 

¿Con cuál nos quedamos?

Soy fiel defensora de que la verdad no se encuentra en los extremos y existen diferentes puntos de vista, por lo tanto, no me quedo ni con una ni con otra. O, mejor dicho, me quedo con las dos. 

Para verlo un poco más claro, os voy a poner este ejemplo:

Mujer embarazada de 35 semanas de gestación que presenta dolor lumbar

Es bien sabido, que durante el embarazo se produce un aumento de la lordosis (curvatura) lumbar de la espalda. Entonces podemos pensar: “claro, esta postura anómala es la que produce el dolor”. Pero… ¿y si el dolor de espalda que presenta esta mujer es debido a la disminución de la actividad física fruto del embarazo y del peso del bebé? ¿Puede tener relación con que haya causado baja laboral y, por tanto, tenga una vida más sedentaria?

Como veis, puede haber relación entre el cambio postural y el dolor pero ¿este cambio es necesariamente la causa del dolor?

La evidencia científica no ha podido demostrar a día de hoy una relación consistente entre la postura y el dolor de espalda. Esto es debido, en parte, a estos puntos:

  • Las posturas mantenidas pueden generar estrés en los tejidos. Pero éstos tienen la capacidad de adaptarse y, por lo tanto, no generar dolor.  
  • En caso de que el tejido no sea capaz de adaptarse, una postura mantenida sí podría causar daño en el tejido. Pero el daño en el tejido no se relaciona necesariamente con la aparición de dolor. (Este es un tema muy interesante que abarcaremos en futuras publicaciones). 
  • El ser humano es asimétrico por naturaleza. Una postura relevante para una persona no tiene por qué serla para otra. NO EXISTE LA POSTURA IDEAL, dado que no existen dos cuerpos iguales. 
  • Tenemos que entender que el dolor está modulado por factores biopsicosociales. Que el estrés, preocupaciones, el descanso, la alimentación, la práctica de ejercicio, el tabaco, el discutir con tu pareja u otra persona, la insatisfacción laboral, etc, va a influir en que el dolor se agudice.

Desde un punto de vista clínico, y a lo que a nosotros en particular nos concierne, una postura es relevante para un paciente cuando al cambiarla, modificamos sus síntomas. 

Por ejemplo, es bastante común ver en consulta el llamado “síndrome cruzado anterior”. En este síndrome es característico que los hombros estén enrollados hacia adelante, formando una pequeña “chepa” en la espalda.

Dentro de esta “anomalía” hay pacientes que presentan dolor y otros que no. A esta postura le daremos importancia cuando al modificarla, desaparece el dolor por el que se accede a consulta. Por ejemplo, un dolor de hombro. 

¿Entonces da igual cómo nos sentemos?

Sí y no. Si eres de los que pasa 8h al día sentado, vuestro sistema musculo ligamentoso se va a estresar tanto de una forma como otra. La solución es moverse, en lugar de adoptar otra postura a priori más ergonómica pero que, mantenida en el tiempo, es igual de perjudicial que la otra. Muévete. Levántate cada 30 minutos y haz un par de sentadillas. Ejercita fuerza. Todo esto es mucho más importante que el tener una postura más o menos ergonómica. 

Como sanitarios, tenemos el deber de la educación en salud. Esperamos que esta entrada en este blog haya servido al menos para conocer un poco mejor la verdadera relación entre la postura y el dolor o, al menos, os haya hecho pensar sobre el tema. 

Cierro el post con la siguiente pregunta que, si queréis, me respondéis vosotros: ¿Qué pasa entonces con todas esas marcas que venden productos ergonómicos? Cri – cri – cri…

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